Description: | TODOS confesarán que para el autor de " El Cosmopolita", " El Regenerador" y las Catilmarias", es triste cosa verse obligado a escribir un papelucho. Por la fe de quien soy que yo no hubiera escrito, si con tanto empeño no me lo exigieran mis amigos de allá porque lo juzgan necesario. Mi opinión respecto de ese pueblo es tal, que soy indiferente a la buena o mala que él tenga de mí. Harto que hecho, harto he padecido, sin más fruto que ver más y más dañados hombres y cosas de ese país.
Yo no creo necesaria una desmentida a los infames que me atribuyen una obra digna de ellos; ya porque nadie puede usar de buena fe en eso, ya porque nada me importa como queda dicho, que esos me paguen bien o mal. Sea esta, con todo, mi última condescendencia, y mi última molestia; y quede probada en cuatro palabras la imposibilidad de que yo hubiese escrito el papel que me imputan, quizá sus. propios autores. He concebido el más profundo desprecio y el más santo odio por el infame a quien, me dicen, se alaba en ese ruin escrito. Si este Tartufo no fuera objeto tan bajo, lo sería de una Catilinaria: su pequeñez le salva. Otra prueba de la imposibilidad de que yo hubiere descendido a una obra anónima, es que tengo mi juicio suspenso respecto de los jóvenes de la Universidad, en favor de quienes es, según me dicen, el pasquín: tres cartas he visto en las cuales dan la noticia de ave, saliendo del Panóptico bien azotados y escarnecidos, han ido a casa de Veintimilla a festejarle, bebiendo y Bailando a su vista. Mi cólera no es ciega: dudo y espero, ya para darles su merecido, ya para hacerles el sujeto de la debida alabanza. Basta con estas pruebas materiales; que alegar mi carácter, mis antecedentes, mis obras, sería excusado para con la canalla que nunca dejará de vengarse del bien que he querido hacerle adentro y del lustre que le doy afuera. Si el pasquín ha ido de Ipiales, a la vista están los que lo han hecho. Sí, para pasquines vayan los quiteños a buscar al que tiene miedo, al autor de ' El Consejo de
Guerra", de " E l Ultimo de los Tiranos", de tantas cosas de las cuales he desafiado, cara a cara, a la muerte. Adiós, indignos, no quiero seguir adelante |