| Resumen : | Volumen destinado a conmemorar el cincuentenario del apostolado salesiano en el Ecuador
He aquí una obra interesante, que pone de relieve la Historia del establecimiento de la benemérita Institución Salesiana en el Ecuador, las múltiples esferas en que ha desarrollo do su actividad, y el profundo respeto y altas consideraciones que se han captado, de parte del pueblo ecuatoriano, los abnegados y constantes continuadores de la Obra apostólica y educativa del incomparable Don Bosco.
En sus numerosas y nutridas páginas se manifiesta claramente que la iniciación y los primeros pasos dados en nuestra Patria por esa Corporación tan respetable, tienen origen providencial. Vino a posar sus plantas en tierra ecuatoriana y a derramar en ella los múltiples beneficios de su fecundo magisterio, fortalecida por las palabras que, casi al borde de la tumba, pronunciara su excelso Fundador. Recibida, como debía serlo, con vítores y palmas, por el Gobierno y Pueblo ecuatorianos, bien pronto la marejada irreflexiva de la pasión política la envolvió entre sus ondas, y la iba a sepultar, acaso, sin remedio. Más, la Providencia Divina deparó entonces a los Hijos de Don Bosco un modestísimo albergue, un improvisado asilo en apartado barrio de la Capital, en donde, con el apoyo
de los buenos ecuatorianos y del pueblo honrado y trabajador, ha ido creciendo y progresando 1entanente, hasta constituir hoy un Centro educativo de alta importancia, que atrae la admiración y el elogio hasta de los gratuitos adversarios de toda educación religiosa. Y es que la Obra de Don Bosco ha cristalizado en sí la educación que es menester proporcionar al proletario, al hijo del pueblo, en la época moderna. Y es que sus enseñanzas se dirigen a perfeccionar su espíritu y a fortalecer sus brazos, a suavizar sus sentimientos y a enaltecer sus actividades, a mejorar sus costumbres y a hacer frente, por medio del trabajo y la constancia, a las vicisitudes de leí vida. Los múltiples problemas que han surgido en las sociedades modernas, al impulso de pasiones violentas y desordenadas, y que amenazan deshacer la obra que la civilización cristiana ha creado en el decurso de muchos siglos, los va, quizá, solucionando sagazmente, suavemente, prácticamente, el insigne Don Bosco, como lo reconocen pensadores y literatos de". y sociólogos profundos de diversas nacionalidades y credos políticos. |
